La energía verde gana protagonismo en Castilla-La Mancha con la contratación del suministro térmico de los principales centros sanitarios de Cuenca y Guadalajara a las redes de calor promovidas por la empresa Rebi. Un contrato valorado en más de 11 millones de euros y con una duración de ejecución de cuatro años marca el inicio de una nueva etapa energética en el ámbito sanitario público.
Con esta decisión, el gobierno regional conecta hospitales y centros de salud de ambas capitales a un sistema de energía renovable que sustituye el gas y el gasóleo por biomasa forestal. Un gesto que busca la eficiencia y que se alinea con los objetivos climáticos prioritarios, evitando la emisión de más de 50.000 toneladas de dióxido de carbono durante los cuatro años de duración del contrato.
Este proyecto forma parte de la estrategia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) para reducir la huella ambiental de su infraestructura sanitaria y contribuir de manera activa a la lucha contra el cambio climático.
En la capital alcarreña, los beneficiarios del nuevo sistema serán el Hospital Universitario de Guadalajara, el Instituto de Enfermedades Neurológicas y dos centros de atención primaria: El Balconcillo y El Ferial. En Cuenca, se conectarán el Hospital Virgen de la Luz, el futuro Hospital Universitario, el Centro de Especialidades y los centros de salud I, II, III y IV.
El director ejecutivo de Rebi, Alberto Gómez, explica que “para nosotros esta contratación representa un paso muy importante en nuestro compromiso con la transformación energética de las ciudades. Poder suministrar energía renovable desde Rebi a centros tan estratégicos como los hospitales y centros de salud de Cuenca y Guadalajara es una gran responsabilidad y un honor que asumimos con entusiasmo”.
El funcionamiento del sistema es sencillo y altamente eficiente: desde la planta térmica se genera calor mediante el uso de biomasa -y bombas de calor en el caso de Cuenca- y se distribuye a través de tuberías preaisladas hasta los edificios, donde se transfiere al sistema interno mediante intercambiadores. Las calderas actuales se mantienen como respaldo, pero permanecerán apagadas.
Alberto Gómez ha agradecido la confianza depositada por el Gobierno de Castilla-La Mancha en el modelo de redes de calor impulsado por la compañía, “este respaldo institucional nos anima a seguir apostando por soluciones sostenibles que integren tecnología, eficiencia y recursos locales. La colaboración público-privada es clave para acelerar la transición energética de manera efectiva”.
Menos emisiones, más salud
El beneficio medioambiental de esta medida es una de las esencias del contrato; con las conexiones en funcionamiento, se evitará la emisión de 50.000 toneladas de CO₂ en cuatro años. Menos gases de efecto invernadero, menos contaminación y una mejora en la calidad del aire de las ciudades son impactos directos que beneficiarán tanto a pacientes como al conjunto de la ciudadanía.
Este modelo de calefacción urbana es, además, más estable frente a las fluctuaciones del mercado energético, lo que proporciona seguridad y previsibilidad en el suministro de un servicio esencial como la climatización de centros sanitarios.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es el enfoque local y circular de la fuente energética. La biomasa utilizada procede de trabajos de limpieza y desbroce de los montes del entorno, permitiendo gestionar los recursos naturales de forma responsable y, al mismo tiempo, prevenir incendios forestales.
Gómez puntualiza que “este proyecto encarna perfectamente los principios de la economía circular ya que aprovechamos los restos forestales del entorno, reducimos emisiones y generamos empleo local. Los beneficios llegarán tanto a los pacientes como a los profesionales y vecinos de ambas ciudades, con un suministro térmico más limpio, seguro y respetuoso con el medio ambiente”.
Esta gestión inteligente del territorio se traduce en oportunidades de empleo en zonas rurales, fomento del sector forestal y dinamización económica. En lugar de importar combustibles, se aprovecha la riqueza natural de la región, cerrando un ciclo de producción y consumo eficiente y respetuoso con el medio.
La apuesta por las redes de calor de Rebi es parte de un cambio estructural hacia una energía más limpia en las instalaciones públicas. Castilla-La Mancha se suma así a otras regiones europeas que ya han adoptado soluciones similares, demostrando que es posible mantener un alto estándar de confort y funcionamiento en edificios clave como los hospitales, al mismo tiempo que se protege el entorno.
Este nuevo contrato garantiza una mejora en la calidad del suministro energético y representa un compromiso firme con la sostenibilidad, la innovación y el futuro de la salud pública.
La decisión de apostar de manera decidida por las redes de calor con biomasa forestal y energías renovables representa un ejemplo de visión de futuro por parte del gobierno de Castilla-La Mancha, y también un ejercicio de responsabilidad hacia la ciudadanía y el territorio. La integración de hospitales y centros de salud de Cuenca y Guadalajara en este modelo energético es mucho más que un avance técnico, es la demostración de que la salud de las personas y la salud del planeta están estrechamente ligadas. “El respaldo institucional que hemos recibido nos anima a seguir trabajando en proyectos que combinan innovación, eficiencia y aprovechamiento de los recursos locales”, insiste Gómez.
Gracias a esta apuesta política, Castilla-La Mancha se coloca a la vanguardia en España en materia de eficiencia energética y cuidado medioambiental, reforzando además la economía circular y creando oportunidades de empleo en zonas rurales.