El Polígono del Balconcillo, uno de los núcleos industriales más representativos de Guadalajara, se consolida como un espacio estratégico para la transición energética gracias a la presencia de la Red de Calor de Guadalajara, gestionada por Rebi. Esta infraestructura, basada en energías renovables y economía circular contribuye a la descarbonización de la ciudad, genera empleo, dinamiza la actividad empresarial y posiciona al polígono como un referente en sostenibilidad.
La Red de Calor de Guadalajara, inaugurada en 2021, suministra energía térmica renovable a más de 3.600 viviendas, centros educativos o edificios públicos, entre los que se encuentra el IES Brianda de Mendoza, Escuela Oficial de Idiomas, colegio público "Las Anejas”, colegio Sagrado Corazón, colegio público "Rufino Blanco", parvulario "Ocejón“, residencia Príncipe Felipe y conservatorio de música, complejo San José/Uned, polideportivo San José, IES Antonio Buero Vallejo, IES castill, CIFP Guadalajara (antiguo colegio Alto Rey), Archivo Histórico Provincial, colegio público Alvarfañez de Minaya, colegio público Alcarria, colegio público El Balconcillo, CEPA Río Sorbe y colegio publico "El Doncel".
El corazón de Rebi late en el polígono de El Balconcillo, donde se ubica la central de biomasa que da vida a este proyecto. Se trata de una instalación pionera en Castilla-La Mancha que transforma biomasa forestal local en energía térmica, sustituyendo los combustibles fósiles tradicionales como el gas y el gasóleo.
Rebi acaba de reforzar su infraestructura con un nuevo sistema de generación de 14 MW que se une a las dos de 7 MW que ya había instaladas, duplicando así la potencia instalada. “La última caldera que hemos incorporado es de última generación, de la marca Fergy, y es una caldera de parrilla móvil cuyo movimiento se puede configurar para una producción de energía más eficiente, además es autolimpiable”, explica el responsable de la Red de Calor de Guadalajara, David Gómez. El equipo además lleva conectado un economizador que aporte otros 0,7 MW de potencia a la Red.
Junto a la caldera, se han colocado todos los sistemas de depuración de gases, cuadros eléctricos y de control correspondientes. "Con esta ampliación, la central alcanza los 28 megavatios de potencia, lo que no solo garantiza el suministro a todos los clientes actuales, sino que permite afrontar con holgura la incorporación de muchos más usuarios en el futuro", afirma Gómez.
“Este modelo tiene un impacto directo en la economía circular porque la biomasa que utilizamos proviene de restos forestales de montes próximos, gestionados de forma sostenible. De esta manera, se favorece la limpieza de los bosques, se reduce el riesgo de incendios y se genera riqueza en el entorno rural”, dice. La Red de Calor descarboniza Guadalajara, pero también promueve un ciclo económico local, creando empleo y fortaleciendo el sector forestal de la provincia.
La ubicación de la central en el polígono de El Balconcillo no es casual. Rebi apuesta por este enclave industrial por su estratégica conexión con la ciudad y su potencial de desarrollo. La actividad de la Red de Calor aporta un valor añadido a la zona industrial diversificando su tejido productivo con iniciativas innovadoras y sostenibles. Además, contribuye a la reactivación económica de la zona fomentando sinergias entre las empresas aquí instaladas.
Desde su puesta en marcha, la Red ha evitado la emisión de más de 15.000 toneladas de CO₂ anuales, equivalentes a la retirada de 10.000 coches de la circulación. Un beneficio medioambiental que se traduce también en ahorro económico para los usuarios, gracias a un suministro energético más eficiente y con precios estables a largo plazo, frente a la volatilidad de los combustibles fósiles y de la electricidad.
El compromiso de Rebi con Guadalajara va más allá de la mera distribución de energía. La empresa mantiene una estrecha colaboración con el ayuntamiento, con el gobierno regional, asociaciones vecinales y entidades locales, promoviendo la sensibilización medioambiental y el desarrollo de proyectos educativos y sociales. Esta implicación refuerza el papel de la Red como un actor clave en la transformación sostenible de la ciudad. “Nosotros, el equipo de Rebi que trabajamos aquí, siempre decimos que nuestra presencia en la calle Méjico es un ejemplo de cómo la industria y la sostenibilidad pueden ir de la mano, creando valor para las empresas, la ciudad y sus habitantes”, sentencia David Gómez.
